Se presento en el Mini Estadi vestido por primera vez de blaugrana formando parte del equipo alevín quien dirigía Juan Manuel Asensi. Tes días después lucía ya el brazalete de capitán porque así lo decidió el técnico. Alguien lo tenía que llevar, todos éramos nuevos, así que, tras tres entrenamientos, Asensi decidió que el brazalete de capitán iba a ser de XAVI. No hay duda de que eso era comenzar con muy buen pie.
Empezó jugando de 6. un poco al estilo de Bakero. Evidentemente a esas edades no te enseñan aún los movimientos ni las estrategias sino sólo a divertirte con el balón en los pies. Pese a todo, Asensi tenía una vocación docente que le impulsaba a darnos pequeñas lecciones magistrales. La primera fue como engañar al rival con el cuerpo: hacer el amago por un lado e irte por el otro. La segunda: cómo colocarnos cada uno según nuestro dorsal en el campo. Eran básicamente entrenamientos muy cortos y amenos.
En el primer año lograron un récord espectacular de goles con el alevín A, rozando los seis por partido. Llegaron alcanzar 108 tantos en 18 partidos.
El salto al infantil B le resultó bastante traumático porque dejaba atrás a tos sus compañeros para incorporarse a un equipo que ya estaba totalmente hecho. Se le rompieron todos los planes.
Era evidente que el salto era cualitativo porque los técnicos en aquel momento consideraban que la calidad de XAVI se adaptaca mas a una categoría superior. Pero XAVI no lo asumió así.
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