XAVI se tenía que ir olvidando del brazalete de capitán, y tal como empezarón las cosas, también casi de jugar. De hecho, estuvo casi tres meses en el banquillo. Sin embargo, poco a poco, se fue reponiendo del golpe inicial y se adapto a su nueva situación sin mayores contratiempos.
Ese año conoció a gente que le acompañaría casa hasta el filial como Bermudo, Hidalgo o Prats.
Manel Lobo era el entrenador del infantil B: una persona muy dura y exigente, pero también muy didáctica. El había sido un delantero de técnica depurada que por culpa de su mala cabeza no había llegado a lo mas alto. De hecho, sólo jugó un partido con el primer equipo y además por una contigencia muy especial: una huelga de futbolistas profesionales en septiembre de 1984 obligó a los equipos a diputar los partidos de Primera con jugadores "amateurs"
Con Lobo XAVI y su compañeros hicieron un curso acelerado de lo que significa el fútbol y de dónde nos metíamos. Pero también en los entrenamientos era muy claro y tranparente.
Con Lobo aprendió los primeros conceptos futbolisticos: dejar pasar el balón, saques de banda, líneas de pase...etc.
El mejor sin duda!!!
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